La novela "Tres tristes tigres" fue mi primer contacto con la literatura de Guillermo Cabrera Infante. Y aún recuerdo el extraordinario momento que pasé leyendola. Desde entonces me he surtido de casi toda su obra que nunca me ha defraudado.
G. Cabrera Infante, cubano de nacimiento pero inglés de adopción, colaboró con Fidel Castro en los inicios de la revolución cubana pero pronto la abandonó al darse cuenta de los derroteros que tomaba, muy lejos de lo que, para él, debía de ser el rumbo de una Cuba libre y democrática. Y también abandonó la isla, a la que nunca pudo regresar, denostado por el castrismo.
La novela sufrió dos inmisericordes censuras: la de Fidel Castro en Cuba y, en España, la de Franco. Dos dictaduras que huían (en Cuba aún hoy en día) de las libertades, aunque sólo emanaran de letras escritas en un libro.
Se ha dicho que "Tres tristes tigres" es la gran novela de la música cubana, de la vida nocturna de La Habana en una época mágica y a ritmo de bolero. El lenguaje en el que está escrito es único e inconfundible de este escritor. El lector, desde el comienzo, se erige en un personaje más como observador de toda una fauna que sólo pretende divertirse en un ambiente lúdico y de evasión.
Guillermo Cabrera Infante |
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